Poco importa que la llamen ‘pita’ en Grecia, ‘flammkuchen’ entre la población de lengua alemana o ‘rieska’ en Finlandia, porque los ingredientes básicos para la preparación de este pan blanco, de forma circular y aplastada son siempre los mismos: harina, agua y sal.
Este tipo de pan, que se usa como base o junto a los ingredientes tradicionales de las diferentes cocinas locales, aparece en todas las mesas europeas, aunque la que ha conocido mayor difusión, sobre todo en la zona del Mediterráneo, es la ‘pita’ griega y el ‘kebab’ árabe. A esta misma familia pertenece la pizza italiana. El origen del nombre aún no se conoce con exactitud, aunque hay dos hipótesis que parecen ser las más sólidas: La primera es que la palabra ‘pizza’ se remonta a la griega ‘pita’, como se le denomina a su homónima ‘focaccia’ aplastada; la segunda defiende que se trata de una derivación del participio pasado del verbo latino ‘pinsere’ (aplastar), para indicar el gesto de aplastar la masa compacta en que se convertía durante su elaboración.
Si la etimología es incierta, no lo es tanto el lugar de su nacimiento: Nápoles, de hecho, la ciudad obtuvo el pasado 3 de febrero la marca europea de calidad de alimentos tradicionales, una etiqueta que protege a las pizzas de esta ciudad de las imitaciones. Pero volvamos con su nacimiento, que tuvo lugar, concretamente, en la Torre del Greco, comunas a las puertas de esta ciudad donde en el siglo I d.c. los sarracenos (nombre con el que se conocía a los musulmanes procedentes del norte de África en época medieval), durante uno de sus saqueos, introdujeron las pizzas de farro, cereal parecido al trigo, que solían consumir. A continuación, al farro le sustituyó la harina de grano: así nació la primerísima pizza blanca, con aceite y ajo.
Fue a partir del descubrimiento de América cuando se empezó a usar el tomate. Y, de hecho, la primera pizza roja es del siglo XVIII. Así la pizza, a través de un largo viaje y una larga espera desde su nacimiento en Oriente Medio, al retorno ideal del Nuevo Mundo, se convirtió en el producto que hoy conocemos y disfrutamos en todo el mundo.
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