- ¿No sabes que pedir? Nosotros te ayudaremos a decidir. Y, aprovechando tu titubeo, intentaremos venderte refrescos, alitas y postres.
- No faltan los niños que quieren hacer la broma de pedir una pizza a un lugar que no existe. Pero los atrapamos. Lo malo es cuando un adulto nos manda a un lote baldío y se cree muy chistosito.
- Las motos se tambalean y a veces se nos caen los “extras” que ordenaste. Se comprensivo, te los repondremos.
- Ni los hornos ni la harina son mágicos: Se necesita tiempo para que tu pizza este lista. Un poco de paciencia por favor.
- Cuando tu pizza se tarda más de 30 minutos y te la tenemos que dar gratis. Ese dinero no nos lo cobran a los repartidores. Por si te quitaba el sueño.
- No se vale que nos trates despóticamente, y menos cuando esta lloviendo. Piensa que ponemos en riesgo nuestras vidas conducir sobre asfalto mojado.
- Si vives en una zona peligrosa, no cuentes con nosotros después del anochecer.
- Imagínate que sentimos al ver que nos recibes elegantemente vestido… con una toalla. Mejor cubre tus encantos.
- Si no nos abres la puerta, te esperaremos hasta 10 minutos, dificilmente más. Procura no quedarte dormido ni ir a la tiendita.
- Las mejores propinas suelen venir de gente humilde que sabe lo que significa una jornada laboral tan pesada como la nuestra. Hay clientes que da propinas pésimas, y lo recordamos. No podemos dejar de entregarles, pero cuando meten su orden, nos echamos un volado a ver quien le toca, o mandamos al más novato.
- A veces aprovechando que estamos ahí, los clientes nos encargan otras cosas, como ir hacerle un mandado a la esquina, o ayudarles a mover un mueble. Si esta en nuestras manos, con gusto lo haremos.
- Por favor, considera que llevamos el cambio exacto. Así que respóndenos con honestidad cuando te preguntamos la denominación del billete con el que vas a pagar. No queremos perder nuestro tiempo consiguiendo cambio.
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